En torbellinos de soledad,
en sonidos de felicidad,
termino mi cariño con
tranquilidad.
Si al ver unas alas,
con luz viva, y un amor
que no termina, ni el
ocaso del sol, lo difumina.
Te vas y vuelves sin palabra
alguna, no terminas de
decir lo que tu corazón
es vida para mí.
Si en el ocaso del sol me
enamoré de ti,
en ese mismo regazo
de amor te juro
que jamás me olvidaré de ti.